¿Sabías que puedes hacer mozzarella artesanal en tu cocina sin ser un maestro quesero? 🧀 Sí, lo leíste bien. Esta guía completa te va a mostrar cómo preparar mozzarella casera paso a paso, usando ingredientes simples y técnicas tradicionales, para que disfrutes de un queso fresco, elástico y con ese sabor que solo el hecho en casa puede dar.
Ya sea que quieras deleitar a tu familia, sorprender a tus amigos o incluso explorar un pequeño emprendimiento, aquí encontrarás todo lo que necesitas. Vamos allá.
Ingredientes y materiales necesarios
Para comenzar, asegúrate de tener los siguientes ingredientes y utensilios. Son esenciales para obtener un resultado óptimo.
Ingredientes
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Leche de vaca fresca: cuanto menos industrial, mejor. La calidad de la leche influye directamente en la textura y sabor.
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Cuajo: puedes encontrarlo en farmacias o tiendas online.
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Yogur natural sin azúcar: preferiblemente artesanal y lo más reciente posible.
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Cloruro cálcico: disponible en tiendas online, ayuda a que la leche cuaje mejor.
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Sal sin aditivos ni yodo, especialmente sin antiapelmazantes.

Materiales
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Termómetro de cocina
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Cazuela de acero inoxidable
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Cuchillo largo
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Cucharón
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Bol grande con agua muy fría
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Guantes opcionales para manipular la cuajada caliente
Paso 1 – Calentar la leche
Coloca la leche en la cazuela de acero inoxidable y comienza a calentar a fuego medio. La temperatura ideal es entre 38º y 40º C. Este rango permite que los fermentos del yogur y el cuajo trabajen correctamente sin afectar la textura final.
⏱️ Dependiendo de la cantidad, puede tardar unos 10-15 minutos. Es importante no dejar que hierva, solo que esté caliente al tacto y ligeramente humosa.
Paso 2 – Activar el yogur
Toma una taza de leche y mézclala con el yogur natural. Vuelve a incorporar esta mezcla a la leche caliente y remueve suavemente.
Espera unos 30 minutos para que los fermentos se activen. Esta fase es crucial para obtener un sabor característico y una textura elástica en la mozzarella.
Paso 3 – Añadir cloruro cálcico y cuajo
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Agrega el cloruro cálcico (aproximadamente 2 g por cada 10 litros de leche).
⚠️ Precaución: demasiado puede amargar el queso. -
Diluye el cuajo en un poco de agua libre de cloro y añádelo a la leche. Mezcla durante un minuto y deja reposar 30-40 minutos sin tocar.
Durante este tiempo, la leche se convertirá en una especie de gran flan compacto, que es la cuajada. Puedes probar un trozo caliente… ¡es deliciosa! 😋
Paso 4 – Cortar y reposar la cuajada
Con un cuchillo largo, corta la cuajada formando una cruz hasta el fondo de la cazuela. Espera 10 minutos y sigue cortando en trozos del tamaño de una avellana.
Deja reposar 15 minutos y ve retirando el suero de la superficie con un cucharón. Este suero puede reutilizarse para:
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Hacer requesón
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Usarlo en dulces o panes
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Beberlo como refresco
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Darlo a tus mascotas
💡 Tip: dejar unas horas más el suero caliente permite que la lactosa se transforme en ácido láctico, mejorando sabor y textura.
Paso 5 – Preparar el hilado de la cuajada
Ahora viene la parte más divertida: el hilado, que permite formar las bolas de mozzarella.
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Toma un pequeño trozo de cuajada y pruébalo en agua caliente (~100ºC).
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Si se estira 20-30 cm sin romperse ni retraerse como goma, está listo para el hilado.
Prepara:
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Una cazuela con agua muy caliente (al borde de ebullición) y sal al 3% (aprox. 150 g en 5 L).
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Un bol grande con agua muy fría con hielo.
Paso 6 – Hilado y formación de las bolas
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Corta la cuajada en trozos pequeños y colócala en el bol con agua caliente.
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Mezcla suavemente con una cuchara de madera, reemplazando agua fría por caliente según sea necesario.
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Cuando la cuajada esté uniforme, comienza a formar bolas con las manos.
💡 Mozzaconsejo: si la temperatura es muy alta para tus manos, usa guantes o un bol de agua fría al lado para refrescarlas.
Doblándola y empujando desde abajo hacia arriba lograrás las bolas perfectas. También puedes hacer rulos, trenzas o nudos. La imaginación manda.
Finalmente, coloca las bolas en el bol de agua fría durante 10-15 minutos para fijar la forma.
Paso 7 – Conservar y servir
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Puedes consumirla inmediatamente.
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Para almacenar, usa un líquido de gobierno: mezcla al 50% el agua usada para hilado con agua fría y conserva en refrigeración.
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Ideal para pizzas, ensaladas o tablas de quesos.

Consejos finales y trucos
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La mozzarella es un queso vivo; su textura y elasticidad dependen de la leche, temperatura y tiempos.
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No te desanimes si las primeras bolas no salen perfectas; el sabor siempre será delicioso.
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Experimenta con hierbas frescas o especias para personalizar tu queso.
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